La adolescencia es un periodo corto de tiempo en el cual no sólo experimentamos cosas buenas. Dentro de los aspectos negativos que se dan en la adolescencia, uno de los más frecuentes es el enfrentamiento constante entre el joven y sus progenitores. Las discusiones entre ambos se producen (generalizando) como consecuencia de la implantación de una serie de prohibiciones al adolescente. Estas limitaciones que los padres imponen a sus hijos tienen una única finalidad: la seguridad y el bienestar del propio hijo a largo plazo. Aquí surge el problema en cuestión: que hay dos puntos radicalmente distintos. Los padres angustiados por el futuro y la salud de sus hijos, marcan unos límites para que el adolescente evite cualquier perjuicio, esto es, cualquier daño material, físico o moral. Por otro lado, nos encontramos con el punto de vista de cualquier adolescente ante estas restricciones aplicadas: todo joven piensa que estas vedas son ‘’una mierda y que los padres no tienen ni pu… idea’’ (palabras que todo adolescente ha tenido en su cabeza en algún momento puntual). Una vez más nos equivocamos. Estos límites marcados por nuestros mayores, sólo nos benefician y nos hacen bien. Sé que a esta conclusión, el adolescente, siempre llega tarde, por eso es un problema.
Nada va a cambiar porque yo escriba estas palabras, pero sólo busco una reflexión en aquellos pocos que leen este blog, y procurar que eviten graves errores que yo, como tantos otros jóvenes, hemos cometido por arribar tarde a esta conclusión.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
domingo, 20 de diciembre de 2009
AMISTAD
Cada persona concibe el término de ''amistad'' a su manera. El probema que tenemos los adolescentes es que entendemos la amistad de manera errónea.
Los adolescentes aspiramos a la popularidad, pensando que de esta manera encontraremos la felicidad, el bienestar personal. Y así es, la popularidad ayuda a encontrarla, siempre y cuando la popularidad que te rodee no sea superficial e interesada.
Un amigo de verdad es aquel que con su simple presencia, te hace sentir bien, aquél al que le puedes contar cualquier problema con la seguridad de que te va a entender y te va a apoyar, es ése que siempre te intenta sacar una sonrisa cuando algo va mal, el que te ayuda de manera desinteresada y el que te aporta un sinfín de valores que no te dan las demás personas. Amigo es la persona por la que lo das todo sin esperar nada a cambio. Lo único que esperas es el bienestar de esa persona. Cuando encuentras la amistad verdadera no hay manera de romper ese lazo sentimental tan fuerte que os úne. Deja a un lado el ideal adolescente de la popularidad, pues casi siempre será una fama somera que debemos evitar, y céntrate en tus verdaderos amigos. Ellos son de las pocas personas que pueden hacerte feliz y gracias a ellos ríes cada día, porque tienen el poder de influir determinantemente en tu vida.
Gracias a ellos la vida es más fácil. Gracias a ellos, yo soy feliz.
Los adolescentes aspiramos a la popularidad, pensando que de esta manera encontraremos la felicidad, el bienestar personal. Y así es, la popularidad ayuda a encontrarla, siempre y cuando la popularidad que te rodee no sea superficial e interesada.
Un amigo de verdad es aquel que con su simple presencia, te hace sentir bien, aquél al que le puedes contar cualquier problema con la seguridad de que te va a entender y te va a apoyar, es ése que siempre te intenta sacar una sonrisa cuando algo va mal, el que te ayuda de manera desinteresada y el que te aporta un sinfín de valores que no te dan las demás personas. Amigo es la persona por la que lo das todo sin esperar nada a cambio. Lo único que esperas es el bienestar de esa persona. Cuando encuentras la amistad verdadera no hay manera de romper ese lazo sentimental tan fuerte que os úne. Deja a un lado el ideal adolescente de la popularidad, pues casi siempre será una fama somera que debemos evitar, y céntrate en tus verdaderos amigos. Ellos son de las pocas personas que pueden hacerte feliz y gracias a ellos ríes cada día, porque tienen el poder de influir determinantemente en tu vida.
Gracias a ellos la vida es más fácil. Gracias a ellos, yo soy feliz.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
OSTENTOSO
¿Todavía no os dais cuenta de lo primero en lo que se fija casi la totalidad de féminas adolescentes? Lo imprescindible: un físico fastuoso. Qué podemos esperar de niñas que pierden una hora de su tiempo en cubrir toda su cara de polvos y pinturas, que compran ropa ceñida y con un escote suficiente para que cualquier idiota centre su mirada entre pecho y pecho alcanzando un estado de bizco temporal, que se alcoholizan todos los fines de semana intentando disimular su temprana edad, para realzar su personalidad ante los ``chicos mayores’’. Cada día son más ingratas, pretenden encontrar una perfección inexistente en los chavales que resaltan por su apariencia física y se pavonean de ella. Van por el mal camino, prefieren una subjetiva popularidad dentro de su círculo de amistades antes de encontrar la felicidad con una persona que te ofrece muchas más cosas que un simple atractivo físico. ¿Cuáles son esas cosas? Capacidad intelectual suficiente para tratar una conversación interesante, su presencia despreocupada, su amor incondicional, su cariño… valores y conceptos que hoy en día, y poco a poco, se están olvidando.
lunes, 14 de diciembre de 2009
INEVITABLE
Tópico: uno no se da cuenta de lo que quiere algo hasta que lo pierde. Es cierto. Con este artículo pretendo provocar la iniciativa en todos los adolescentes, de expresar lo que de verdad uno siente hacia la otra persona que quiere. Todos tenemos miedos a la hora de expresar nuestros sentimientos por miedo a infinitas consecuencias, pero debemos hacerlo. No ocultes lo que sientes hacia esa persona, pues lo único que conseguirás es, en consecuencia, agobiar a tu propia persona. Tuve una mala experiencia por culpa de mi ´´silencio sentimental``. Deja que la otra persona conozca tu interior, lo que piensas.
Yo quiero que sepas lo que personalmente pienso: que te quiero, y quererte, es inevitable.
Yo quiero que sepas lo que personalmente pienso: que te quiero, y quererte, es inevitable.
LA ODIOSA ATRACCIÓN
¿Existe una definición “universal”?
A raíz de esta pregunta todos responderíamos un rotundo sí, pero la explicación que nos ofrece el diccionario de la RAE, no coincide exactamente con casi ninguna de nuestras posibles subjetivas definiciones.
Lo que quiero decir, es que ninguno de nosotros sería capaz de describir la palabra “atracción”, cuando se padece este fenómeno tan hormonal y psíquicamente natural. Cualquier individuo que diga que no ha sentido nunca esta atracción hacia alguien es porque no tienen conciencia (ya sea un bebé, un niño pequeño o una persona mentalmente discapacitada) o están mintiendo.
Cuando esta “atracción” es tan potente podemos llegar a cometer graves errores o acertar en una elección arriesgada. Aunque quieras mucho a tu pareja, le tengas el aprecio que le tengas, te puedes sentir perfectamente atraído por otra persona, la cual te aporta distintos valores a los que estás acostumbrado y sensaciones que no habías percibido antes con la persona que estaba a tu lado. Si eliges a esta persona nueva en tu vida desembocas en dos opciones. Una buena y una mala. La opción buena consiste en que todo termina con un tópico utilizado en los cuentos: “FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES” o sea que la” jugada” te ha salido bien, desde que rompiste con tu respectiva señora todo te ha ido de maravilla, has acertado y disfrutas realmente con esta nueva persona que has decidido introducir en tu vida( conyugalmente hablando). Pero, ¿qué pasa si cometes una gran equivocación? Por culpa de esta terrible atracción has dejado a tu chica por otra, la cual pensabas que te haría más feliz y de repente, el infortunio camina de tu lado. No sólo te has equivocado y no eres del todo feliz, sino que vivirás durante una etapa indeterminada con arrepentimientos y reflexionarás continuamente muchas noches antes de dormirte, tumbado en la cama, con la mirada perdida en el techo de tu habitación e intentando buscar una solución definitiva para tu problema amoroso, que no es fácil de resolver.
No digo que la atracción hacia una persona sea perjudicial para uno mismo, sino que en ciertas ocasiones, (en este caso, manteniendo una relación con otra persona) es mejor evitarla.
A raíz de esta pregunta todos responderíamos un rotundo sí, pero la explicación que nos ofrece el diccionario de la RAE, no coincide exactamente con casi ninguna de nuestras posibles subjetivas definiciones.
Lo que quiero decir, es que ninguno de nosotros sería capaz de describir la palabra “atracción”, cuando se padece este fenómeno tan hormonal y psíquicamente natural. Cualquier individuo que diga que no ha sentido nunca esta atracción hacia alguien es porque no tienen conciencia (ya sea un bebé, un niño pequeño o una persona mentalmente discapacitada) o están mintiendo.
Cuando esta “atracción” es tan potente podemos llegar a cometer graves errores o acertar en una elección arriesgada. Aunque quieras mucho a tu pareja, le tengas el aprecio que le tengas, te puedes sentir perfectamente atraído por otra persona, la cual te aporta distintos valores a los que estás acostumbrado y sensaciones que no habías percibido antes con la persona que estaba a tu lado. Si eliges a esta persona nueva en tu vida desembocas en dos opciones. Una buena y una mala. La opción buena consiste en que todo termina con un tópico utilizado en los cuentos: “FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES” o sea que la” jugada” te ha salido bien, desde que rompiste con tu respectiva señora todo te ha ido de maravilla, has acertado y disfrutas realmente con esta nueva persona que has decidido introducir en tu vida( conyugalmente hablando). Pero, ¿qué pasa si cometes una gran equivocación? Por culpa de esta terrible atracción has dejado a tu chica por otra, la cual pensabas que te haría más feliz y de repente, el infortunio camina de tu lado. No sólo te has equivocado y no eres del todo feliz, sino que vivirás durante una etapa indeterminada con arrepentimientos y reflexionarás continuamente muchas noches antes de dormirte, tumbado en la cama, con la mirada perdida en el techo de tu habitación e intentando buscar una solución definitiva para tu problema amoroso, que no es fácil de resolver.
No digo que la atracción hacia una persona sea perjudicial para uno mismo, sino que en ciertas ocasiones, (en este caso, manteniendo una relación con otra persona) es mejor evitarla.
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